Los aviones sueñan con ser aves que se posan en las
líneas de luz, que viajan a las lunas de Plutón y aterrizan en sus cráteres helados como diminutas esquirlas de nieve.
Tú, anciana mujer que me diste la vida, con las venas
marcadas como flechas por la muerte, también sueñas.
Desde el lugar donde brotan tus anhelos una niña
a punto de nacer te mira con sus ojos aún cerrados, te sonríe dulcemente con
tus mismos labios.