GUSTAV KLIMT (Árbol de la vida)
Mil ecos resuenan en las calles a oscuras, en las puertas de las casas, en las verjas metálicas de los cines y los bancos.
Las siluetas negras llegan como ráfagas de viento, como vampiros que siguen a las almas asustadas.
Una mariposa se posa en mi brazo desnudo que golpea febrilmente el tam-tam, llamando a la vida, al dolor, al nuevo mundo.
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