domingo, 30 de junio de 2013

LA MORDEDURA DE COBRA


OLIVER FÖLLMI


Un niño tibetano vela a su hermano que agoniza por una mordedura de cobra.

Balbucea y tirita bajo una manta. Se estremece como si estuviera poseído por un espíritu o como si un tigre persiguiera el rastro oscuro de sus sueños.

El ritmo del gong resuena en sus músculos inmóviles, en las arterias de su nuca, en la boca entumecida que vomita lentamente su cuerpo fragmentado.



No hay comentarios:

Publicar un comentario